Las Murallas de Sevilla

No todo el mundo sabe que Sevilla es una ciudad plenamente amurallada. En la actualidad se conservan grandes lienzos de Muralla, sobre todo en la zona norte, aunque también en otras zonas, además de las murallas del Alcázar de Sevilla. En este artículo vamos a hablar sobre las murallas de Sevilla y como visitarlas.

Las Murallas de Sevilla


Historia de las Murallas de Sevilla


Las murallas de Sevilla nos llevan hasta la más remota antigüedad, en concreto a la época romana, en la que bajo el consulado de Julio César (que vivió en Sevilla y fue cónsul de la provincia bética mucho antes de proclamarse emperador) se fortificó la ciudad, protegiéndola del enemigo y controlandose las entradas y salidas a la misma.

Esto se recoge en la tradicional quinteta que resume en cinco versos la historia de Sevilla y los principales hombres que la forjaron:

Hércules me fundó
Julio César me cercó
de muros y torres altas
y el Rey Santo me ganó
con Garci Pérez de Vargas

Desde la época romana, por lo tanto, Sevilla es una ciudad amurallada. Posteriormente las murallas sufrieron modificaciones y ampliaciones. Durante la invasión árabe, se construyó un segundo perímetro de murallas. Con el paso de los siglos aumentaron el número y tamaño de las puertas de acceso a la ciudad. Algunas incluso se convirtieron en modelo estético de rquitectura y decoración.

Sin embargo la llegada de la modernidad fue un duro golpe para las puertas y murallas de Sevilla. En medio de una época en la que la conservación del patrimonio histórico no se miraba con el mismo esmero que ahora, las murallas se convirtieron en obstáculo para el crecimiento urbanístico de la ciudad, y poco a poco fueron derruidas para construir nuevas casas y avenidas.

Las Murallas de Sevilla en la actualidad


En la actualidad, se conservan varios lienzos de muralla, y dos arcos, restos de las antiguas puertas de la ciudad.

La zona en la que más murallas se conservan es en la zona de La Macarena, en el extremo norte del centro histórico de la ciudad. En dicha zona, la muralla separa aún hoy el centro histórico de la Ronda Histórica de Sevilla (llamada Ronda de Capuchinos en ese tramo). En el extremo de este lienzo de Muralla se encuentra la puerta mejr conservada de la ciudad, el Arco de La Macarena, ubicado frente a la Basílica de La Esperanza Macarena, de connotaciones muy especiales para la hermandad, el barrio y la ciudad. Estos lienzos de muralla son perfectamente visitables, se ven simplemente al pasar en Bus por la Ronda, y pueden cruzarse por ambas caras.

Además de esta zona, está la zona del arenal, donde se encuentra el Arco del Postigo, vestigio del antiguo Postigo del Aceite, última puerta que queda en pie de la ciudad. Cerca de él restan algunos lienzos de muralla, pero no son visitables debido a estar encajonados por las casas construidas a su alrededor, or lo que estos lienzos no aparecen. Pero prueba de su existencia es la Torre de la Plata, torre integrada en la antigua muralla de Sevilla y que hoy puede verse , al menos superior, desde las calles Santander y calle Postigo del Carbón. Esta torre, junto a la cercana y más conocida Torre del Oro, son las dos únicas torres defensivas en pie en la ciudad.

Sin alejarnos mucho del Arenal, muy cerca del Arco del Postigo del Aceite, podemos acceder a los Reales Alcázares de Sevilla, fortaleza y residencia real en pie más antigua de Europa, cuya muralla como fortaleza se mantiene también intacta desde la Edad Media. Parte de la muralla es propia de la fortaleza (puede visitarse en las Plazas del Triunfo y Plaza de la Virgen de los Reyes) y otra es copartida con la muralla de la ciudad, defendiendo al mismo tiempo la ciudad y su fortaleza (puede verse en los Jardines de Murillo, en el Paseo de Catalina de Rivera, junto a la Avenida de Menéndez y Pelayo)